El trabajo no abunda, las posibilidades de ascender son cada vez menores y los salarios no viven precisamente su mejor momento. Ante tal panorama, muchas personas se ven obligadas a aferrarse a un puesto que, en otras circunstancias, habrían abandonado sin pensárselo. Un mal ambiente laboral, problemas con los superiores o los compañeros, baja remuneración o jornadas de trabajo interminables suelen ser algunos de los factores decisivos a la hora de encontrarse a disgusto en una empresa. En otras ocasiones, aceptar un puesto que no corresponde con nuestras expectativas más altas es inevitable en cuanto que, en la mayor parte de carreras, los primeros años exigen un sacrificio mayor que nos permitirá más tarde gozar de ciertos privilegios. Tanto para unos casos como para otros, una relativamente extensa bibliografía se ha producido con el objetivo de proporcionar consejos a aquellos trabajadores que, conscientes de que no pueden abandonar su puesto de trabajo , sí tie...
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